Aunque otros confiecen tus pecados inocentes, aunque te destierren de cada rincón que se te abra del mundo, aunque te arranquen de las manos que te atreviste a sujetar.
No te callés, no te apagués.
Aunque se diga que tu vida le pertenece a los demás,
No la guardés para mi,
Para nadie, ni siquiera para tu Dios.
Desplegate, liberate, amate y sobre todo: no lo calles.
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