Todos tenemos un futuro individual, distinto. Cuando llega el momento de "hacerse una vida" nos vamos separando proclamando que así es como tiene que ser.
Y es que todos sueñan hasta tal punto, hasta tal edad. Nunca tanto, nunca más allá. Guardando imposibles para decir "yo pienso" y nunca "yo puedo".
Cualquiera puede ser pesimista, porque es muy fácil quejarse de todo: de la vida, de aquél, del trabajo... Pero es difícil salirse del camino cuando al único lugar al que vamos juntos es a matar los anhelos.
En este mundo, así como lo dejamos, valiente sería el que se tapa los oídos y decide seguir creyendo que se puede cambiar. Y ni hablar del que se quiere a si mismo, pero de verdad, a esos casi nunca los encontrás.
miércoles, 19 de abril de 2017
Desilusión
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