Querida habitante del bucle, siempre hay bocas dispuestas a morder.
Y por eso hay que estar cargando un botiquín, atenta a atender nuestra piel tan expuesta.
Piel ligera, nuestra piel es tan ligera y tan grande la capacidad de amar en nuestro corazón ...
Te cuento, aquí en el fondo del cuarto, en la caída del bucle, que la sociedad me ha hecho estar sola de nuevo y yo me propongo quererme con una canción. Aunque todos se agrupan de a dos y el mundo a la fuerza te hace girar,
te tira y te adapta a su movimiento.
Y nadie entiende por qué elijo yo hoy esta soledad y me mantengo de pie con el temblor de mi cuerpo que no aguanta un solo llanto contenido, pero cada vez se guarda más.