miércoles, 21 de noviembre de 2018

Luego de transitar como cuerpo vacío,
por una larga carretera sin luces,
llenarse de tanto resulta en estallido.

Donde no había sonido,
ahora hay un grito,
mantenido, sostenido,
aguerrido de amor.

El cuerpo no sabe como reaccionar
y acciona
y convulsiona
combustiendo  todo aquello que se tenía alrededor
para despertarlo, iluminarlo.


Ahora lo nuevo
es que volvió a pasar todo de nuevo
y las sombras no me persiguen,
porque las pinto yo,
dándoles vida
y no huída.

Los nervios que estaban tensionados
ahora producen sonido
y de ese sonido se diseña el movimiento
que arrastro conmigo.
Por favor asegúrese de quitar la planta de raíz.
Ya que podrían quedar pedacitos de la misma
y acabarían secándose dentro de uno.

Deshágase de los miedos cuanto antes
 y empezará a ver mucho más claro.
No alimente los sentimientos negativos,
lávese bien la cara antes de partir y sobre todo esto,
lo que ha de resaltar como más importante:
Parta y busque una tierra con nuevos nutrientes,
en el mejor de los casos en un terreno donde no hay riesgo de inundación.

Conocerá la responsabilidad de regarse uno mismo  y elegir cuanta agua habrá para beber.

martes, 3 de abril de 2018

Del tallo que se quebró nació una nueva planta.

Ruge la manzana amenazada por la tarde que cae y le roba  luz a todas las plantas,

Crujen las raices  buscando las paredes
de aquel balde verde que antes delimitaba su casa,
 una porción de tierra aislada.

Y dejan

para despues los nutrientes que consumían con gusto encerradas.

Y yo

descalza frente tanto verde escucho la historia de árboles que se sacrifican y caen para que el cemento se parta en 2.

Y veo

El surco que se forma en el agua del arroyo,
Bajo los muertos que descansan a la deriva.
Todavia todo me parece hermoso.

Sin resolver.

Cortan la luna con trincheta
Y la empaquetan en plástico.
Lista para consumir.

Demasiadas vidas humanas
Por imponer.
Un sitio adecuado para cada cosa,
Para cada mascota.

Las palomas parecen buitres
En este sol calcinante
Miran desde los cables
Los craneos delirantes.

La realidad es débil,
Falta abrir la duda
Y esta se anula...
Tal vez mi alma sea débil,
Y no soporte la materia
Por eso estoy en constante histeria.

Los dias desmembrados,
Donde mi risa es oro
Arduamente trabajado
Y tu llanto es barro
En un pais lejano.

Inconsciente colectivo.

Casualidades,
 miradas que escuchan
y siguen su camino.

Piernas que se distraen
 y se quedan dormidas,
 columnas de dolor;
pajaros en la cabeza construyendo un nido de palos,
inquebrantable,
 más que el mismo árbol donde fue montado.

Bien arriba donde el aire pierde espesura
 y los ruidos desaparecen
 o se transforman en una suave melodia.

Nota vieja

Cruces de sal ensuciando mi altar,
supersticiones incoherentes,
miedos invertidos.

Dioses del olvido
dibujando el destino.

Abstracción de todo sentido,
deformando el ahora con la hora,
midiendo las expectativas,
persiguiendo las manecillas.

Carteles luminosos guiandome,
mientras las luciernagas mueren en la playa,
Todo se explaya hasta su fin.




Ciudad concreta.

Oremos,
allí el que reina es el cemento,
puro cuerpo descompuesto.

Cementerio,
piedras sobre tierra
que no ha podido saciarse de muerte
encapsulada en ataudes de madera.

Ángeles opacos,
Enmohecidos,
Y mensajes de cariño entre flores que chupan rocío.

Oremos,
El cementerio no es más que un desierto,
donde habitan llantos de los que aún estamos despiertos.